El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, ya en prisión domiciliaria preventiva, estará bajo vigilancia policial permanente, según ordenó este martes un juez debido al “riesgo de fuga” del ultraderechista, a poco de que finalice el juicio que enfrenta por golpismo.
El exjefe de Estado (2019-2022) es acusado de liderar una “organización criminal” que conspiró para impedir la asunción del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva tras su victoria electoral en 2022.
El tribunal supremo debe decidir entre el 2 y el 12 de septiembre si el expresidente es culpable de haber tramado un golpe de Estado contra Lula y si debe ser encarcelado.
Bolsonaro, que clama su inocencia, podría enfrentar hasta 40 años de prisión.
El juez Alexandre de Moraes ordenó a la policía proceder a “la vigilancia a tiempo completo” de Bolsonaro, según un documento judicial obtenido por la AFP.
El ultraderechista, de 70 años, está desde principios de agosto en prisión domiciliaria preventiva, en su residencia en Brasilia, por incumplir una prohibición de manifestarse en redes sociales.
El refuerzo de su vigilancia ocurre luego de una solicitud presentada por el diputado Lindbergh Farias, del partido de Lula, en la que invoca un “riesgo de fuga concreto” fuera de Brasil.
La fiscalía brasileña había pedido el lunes una vigilancia permanente, tras analizar el pedido del parlamentario.
– “Evadir la ley” –
En su decisión el juez cita que el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario, lleva adelante desde Estados Unidos una campaña ante el gobierno estadounidense para que adopte medidas contra las autoridades brasileñas y en favor de su padre.
En ese contexto, el presidente estadounidense Donald Trump impuso aranceles de 50% a una parte de los productos brasileños, convencido de una “caza de brujas” contra su aliado Bolsonaro.
“Las acciones incesantes de Eduardo Bolsonaro desde un país extranjero, demuestran la posibilidad de un riesgo de fuga por parte de Jair Bolsonaro para evadir la ley, especialmente debido a la proximidad del juicio” en la corte suprema, dijo Moraes.
Las restricciones sobre el líder ultraderechista, que incluyen el uso de tobillera electrónica, son producto de una investigación por un presunto intento de obstruir el proceso judicial en su contra.
Por ello, la policía recomendó la semana pasada inculpar al expresidente y a su hijo Eduardo.
La policía afirma haber recuperado del celular de Jair Bolsonaro un documento con una solicitud de asilo político en Argentina dirigido al presidente Javier Milei en 2024.
El argumento no tiene cabida para la defensa, que señala que “un borrador de pedido de asilo al presidente argentino, que data de febrero de 2024, no puede ser considerado un indicio de fuga”.
– “Traición” –
El aumento del cerco sobre Bolsonaro ocurre el mismo día en que Lula dijo que el gobierno estadounidense revocó la visa de su ministro de Justicia, en un nuevo lance de la crisis diplomática entre ambos países desatada por el juicio al expresidente.
Durante una reunión de gabinete en Brasilia, el mandatario izquierdista expresó “solidaridad” a su ministro Ricardo Lewandowski, “ante el gesto irresponsable de Estados Unidos”.
La revocación de la visa del ministro aún no ha sido confirmada por el ministerio de Justicia ni por las autoridades estadounidenses contactadas por la AFP.
Washington ha impuesto el retiro de visas y sanciones financieras a altos funcionarios en reacción al juicio contra Bolsonaro, incluyendo a Moraes.
“Esas actitudes son inaceptables, no sólo contra el ministro sino contra todos los magistrados de la corte suprema, contra cualquier personalidad brasileña”, agregó Lula.
En la reunión, centrada en los aranceles estadounidenses, Lula y varios de sus ministros lucieron una gorra azul con el lema “Brasil es de los brasileños”.
El mandatario aludió a la campaña de Eduardo Bolsonaro en Estados Unidos: “Es probablemente una de las peores traiciones que ha sufrido la patria”.